Papá

Siempre he acabado usando esto bastante de desahogo puesto que no soy yo mucho de compartir las buenas noticias nunca; quitando las personas con las que comparto algo más que un par de likes en alguna red social, no suelo contarle mi vida a nadie.
Supongo que algún psicoanalista me recomendaría escribir lo que tengo en la cabeza, así que me aferro un poco a esa idea y me obligo a hacerlo.

El pasado 1 de octubre perdí a mi padre debido a un cáncer. Desgraciadamente no vimos las señales supongo a tiempo, y cuando nos quisimos dar cuenta ya estaba todo bastante avanzado y era complicado darle solución. No obstante él nunca se rindió y el pobre hombre luchó lo que el cuerpo le dejó.
Creo que no me he sentido más impotente en la vida, sentado en la habitación del hospital a solas hablando con él, aunque ya no pudiese responderme. Recuerdo que durante unos minutos no pude articular palabra y lloré todo lo que no he llorado desde que empezó todo. Sólo pude sujetarle la mano y sentirla un poco más, quizá con la esperanza de que la apretase haciéndome entender que estaba ahí de algún modo todavía. Le dije que no hacía falta que siguiese luchando, que ya podía descansar, que íbamos a estar bien. Sigo sin saber si es egoísta este pensamiento o no, si realmente lo que quería era dejar de sufrir yo por verlo en este estado o no. Supongo que ambas respuestas son correctas.
Fue todo demasiado rápido y la verdad que todavía sigo sin hacerme a la idea de que no vaya a verlo más, escucharle hablar o reír, que no me vaya a pedir ayuda para hacer alguna chapuza en casa o que me venga a recoger a la estación cuando voy a Alicante.
Tras años de haber estado ayudándole en todo lo que he podido, desde cambiar una simple bombilla a levantar un muro, tengo pánico que ahora que no está, sea incapaz de hacer casi nada por mí mismo. En cierto modo he ocupado esa figura de manitas en casa y, aunque quizá muestre confianza por todo lo que me ha ido enseñando, en el fondo voy a ciegas sin él.
Son demasiadas cosas que no me ha podido enseñar, que quizá nunca llegué a preguntarle o no presté demasiada atención puesto que pensaba que siempre habría otra oportunidad, pero ya no va a poder ser así.

No sé como acabar este texto.

If I get high enough
Will I see you again?